jueves, 15 de marzo de 2012

INTROSPECCION Y RECTIFICACION.-

Dr. Alberto Cafetzóglus
Cuando escribí el articulo subido al blog en fecha 25/12/2011 que titulé ¿Y Si nos Sacamos la Careta?, dije al final: “Esto es solo un pensamiento de Nochebuena. No tiene nada que ver con las cosas puntuales que motivaron el inicio de éste blog”.-

De entonces ahora, como el inconsciente humano es absolutamente dinámico, el mío estuvo trabajando, y planteándose si lo dicho era en realidad cierto.-

Luego de la obligada introspección que causa el trabajo del inconsciente respecto de algo que se reitera día a día, llegué a la conclusión de que lo que había dicho no era en absoluto cierto.-

Lo que al comenzar el blog llamé “caso notorio” fue en mi largo ejercicio de la abogacía el caso que mas me estresó, el que más potenció mi sentido de justicia, el que más me indignó por todas las cuestiones que fui señalando, y el que me llevó a afianzar viejas convicciones sobre las difíciles realidades del hombre, del Derecho y de la Justicia.

Es cierto lo que dice Paul Jonson de que la humanidad tiene un frondoso prontuario de iniquidades que en mis reflexiones de Nochebuena, sensibilizadas por el recuerdo de la ignominiosa crucifixión de Jesús tras un leguleyo “proceso” impulsado por intereses políticos convergentes que lo llevaron al suplicio romano de la cruz, me hicieron recordar un libro de Jean Rostand, leído cuando era un joven estudiante de Derecho.

Rostand, sabio de la biología, hombre de laboratorio, publicó un libro pequeño que tituló “El Hombre y la Vida”. Allí, luego de efectuar una descripción atea (que no comparto) de la formación del hombre, desde la ameba que sale del mar hasta la aparición de éste ya erguido sobre sus piernas, dice algo así como que “nacería la rara bestia pensante que inventaría el calculo infinitesimal y soñaría vanamente con la justicia”. (Cito de memoria porque cometí el peor pecado que se puede cometer con un libro admirable del que uno es propietario: lo presté. Y nunca me fue devuelto, con lo que se confirma el dicho que se atribuye a los árabes de que quien presta un libro es un estúpido, y quien lo devuelve, más estúpido aún.).-

Dije que no compartí ni comparto  la idea de Rostand sobre la evolución que epiloga en el hombre porque él la atribuye a una ciega casualidad, y yo creo en el misterioso plan de Dios. Y tampoco compartí ni comparto su afirmación de que la justicia sea un sueño vano. No es vano. Implica una lucha incesante, que es dolorosa y enoja, en la que se avanza ni siquiera en milímetros sino en micrones contra fuerzas de presencia históricamente reiterativa: perversidades, iniquidades, normas supuestamente virtuosas e intrínsecamente mentirosas y de matriz bastarda (que no escaparon a la visión irónica de Georges Orwell: “todos los animales somos iguales, pero algunos somos más iguales que otros”- “Rebelión en la Granja”-), la inevitable locura del poder y su correlato también inevitable según lo demuestra la historia, que es el desprecio por la ética.-

A esa lucha incesante se refirió Rudolph Von Ihering en su inolvidable obra “La Lucha por el Derecho” cuando afirmó que todo derecho en el mundo siempre debió ser adquirido por la lucha, y que la defensa contra la injusticia es un deber que tiene todo individuo consigo mismo y con la sociedad.-

Todo esto fue brotando involuntariamente de mi inconsciente y fundamentando mi rectificación. Todo  no solo tiene que ver con el caso que dio origen al blog, sino que es más, tiene que ver con la incansable trayectoria del hombre tras el anhelo de hacer prevalecer el Derecho y la Justicia. En  tal sentido, todo tiene que ver con todo.-

 Alberto N. Cafetzoglus.-    

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