martes, 10 de septiembre de 2013

LA INIMPUTABILIDAD DE LOS MENORES

Dr Alberto Cafetzóglus
Ahora resulta que  desde las filas del kirchnerismo ha surgido la propuesta de bajar la inimputabilidad de los menores al piso de los catorce años. Llama la atención que luego de años de férrea oposición dogmática al tema, luego del tremendo castigo electoral sufrido por el oficialismo el 11/8/2013 hoy se salga con esto. Pareciera que es un intento mas de remontar  la cuesta para las elecciones de octubre, sobre todo si se tiene en cuenta que hubo en el Congreso Nacional proyectos que terminaron perdiendo estado parlamentario.-

Inmediatamente se ha desatado una furiosa disputa principalmente en las filas del kirchnerismo, lo que  afianza  la convicción de que estamos en presencia de algo que tiene fines electorales.

Convendría por tanto hacer algunas aclaraciones:
La primera, que resolver semejante cuestión no es soplar y hacer botellas. Es sumamente compleja, creo que debe tratarse como una cuestión de Estado abierta a un amplio debate público, como así que es necesario bajar al mínimo la emocionalidad, erradicar intereses de segunda, y lograr la máxima objetividad en aras del bien común.
Segundo, que convendría hacer algunas precisiones. La más importante es que quede claro que si se baja el piso, ello no significa  que automáticamente el menor que pueda ser condenado vaya automáticamente a la cárcel común y a sufrir penas de naturaleza común.
Ser imputable es tener capacidad para comprender la criminalidad del acto (esfera intelectiva) y para dirigir las acciones (esfera volitiva). (art.34 inciso 1 del Código Penal).-
El piso legal implica lo que se llama una presunción “iuris et de iure” ,es decir, que no admite prueba en contrario, de que el sujeto sí tiene capacidad de comprender, y capacidad de dirigir sus acciones.-
Por encima del piso legal, el primer efecto consiste en que el sujeto puede ser sometido a juicio, juicio en el que, como en cualquier otro, puede terminar absuelto o condenado.-
En éste posible y eventual juicio se puede intentar la demostración de que al sujeto le falta la capacidad  penal, sea por afectación de la esfera intelectiva, sea por la de la esfera volitiva, sea por la de ambas, en cuyo caso se lo desvinculará del proceso.-
Otra cuestión importante, según yo creo, es que en éste juicio la prueba debe ser amplísima abarcando cuestiones que tienen que ver hasta con como se nutrió desde el comienzo de la vida, cómo lo afectó la interacción con el conglomerado social circundante, la afectación de la droga si la hubo, si creció en una familia desarticulada o no, violenta o no, si sufrió pobreza, o miseria, marginación cultural, qué enfermedades padeció y que secuelas dejaron en su caso, si cursó los ciclos de educación correspondientes completos o no, y en general el análisis de todos los factores que hicieron a su evolución desde el vientre materno hasta la instancia del proceso. En ésta evaluación, donde las autoridades judiciales deben usar profusamente los análisis de los profesionales de toda ciencia o técnica que sea necesaria, todos deben tener como norte el valor jurídico superior del interés del menor.-
En caso de condena la pena debe ser realmente terapéutica. No solo de manera declamada como se suele hacer generalmente por doctrinas penales para cualquier condenado, sino real y profundamente terapéutica, lo que implica intentar neutralizar las causas que lo llevaron a cumplimentar la acción delictual.-
Y aunque la tendencia del “progresismo” ha sido acérrima enemiga del concepto de peligrosidad, creo que  hay que tenerlo muy en cuenta. Pues la peligrosidad no es tampoco una “sensación”. Es una realidad. Y en mi sentir, existen peligrosidades que pueden ser neutralizadas mediante procedimientos terapéuticos y otras que no. Lamentablemente no, en lo absoluto. No creo que el tristemente celebre Petiso Orejudo hubiese podido ser neutralizado en su atroz peligrosidad, por dar un ejemplo.-
Hace pocos días un niño discapacitado fue atacado ferozmente por sus compañeros de escuela. El atroz accionar merece ser estudiado cuidadosamente a fin de determinar qué suerte de enorme patología, ínsita en esos cerebros atacantes lo produjo. Pero, de cualquier forma, sea neutralizable o no, hubo y hay peligrosidad, y mucha, y es suicida querer negarlo.-
Si se condenase al menor y debiese ser privado de su libertad, no puede ir a una cárcel común, porque seria como profundizar en el mismo Infierno la situación del condenado.-
En todo caso debe ser llevado a un instituto especial, manejado por profesionales de ciencias especializadas. Si debe haber una guardia armada debe estar  fuera de un lejano perímetro invisible para los internos.-
Y si se comprobase responsabilidad de padres, educadores, o de cualquier otro mayor, el Derecho debe hallar la forma mas eficaz de hacerla efectiva. En esto no deben admitirse letras muertas.-

Lo que antecede es una escueta síntesis de lo que siempre creí, escribí, dije en alguna charla, y hasta creo que publiqué en el blog del IOPI. (no estoy muy seguro de esto último pues han pasado bastantes años).-
De cualquier forma, ante lo inoportuno de plantear la cuestión en lo emocional de un clima electoral en el que la principal indignada preocupación de los electores  es la inseguridad, convienen éstas aclaraciones para que se actúe como lo que debe ser, tanto  en el todo como en cada una de sus partes: una cuestión de Estado que merezca trato de cuestión de Estado.-

Alberto Néstor Cafetzoglus.

domingo, 8 de septiembre de 2013

LO QUE CAMBIO FUE EL DELITO

Dr Alberto Cafetzóglus
En los principales diarios del día de hoy, 8/9/2013, el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, tengo para mí que para justificar los tremendos errores cometidos desde hace años en materia de seguridad, y habiendo advertido que quizás la primera causa que generó la derrota del oficialismo en las elecciones del 11/8/2013 fue un enorme mal humor por la tremenda inseguridad reinante, sostiene que lo que cambió es el delito.-



Esta afirmación pública que desautoriza la teoría sostenida a rajatabla hasta ahora, de que la inseguridad sería una mera sensación, sirve para justificar medidas de corto plazo para ver si se remonta, aunque sea en algo, la cosecha de votos en las elecciones de octubre que se supone que va a ser muy perdidosa.-
Con todo respeto y para no hacer desprecio del humor, que es importante para sobrellevar la vida, no puedo contenerme de expresar: ¡chocolate por la noticia……!
Pues es verdad sabida que nada, absolutamente nada permanece estático en el Cosmos. Todo va cambiando, permanentemente, quizás a diferentes ritmos, pero cambiando.-
Está comprobado, principalmente por causa de la Primera y la Segunda Guerras mundiales, que se produjo un crecimiento vertiginoso en los descubrimientos científicos y en la elaboración de nuevas tecnologías, crecimiento que no cesó con ellas, sino que se mantuvo “in crescendo” hasta el día de hoy. Y como todos éstos hallazgos pueden servir simultáneamente para la bueno y para lo malo, es cierto que el delito ha cambiado haciéndose más desinhibido, más poderoso, mas organizado, mas tecnificado y más perverso, lo mismo que la guerra.-
La energía atómica ha servido para generar energía que ayuda a todas las formas de producción de bienes y a un mayor confort en la vida cotidiana; pero al mismo tiempo creó la bomba atómica que borró del mapa a Hiroshima y Nagasaki.-
Los paisanos que cruzaban la Cordillera de los Andes para traer datos de inteligencia al General San Martin, han sido ampliamente superados por la electrónica y los satélites que giran alrededor del planeta informando mínimos movimientos de tropas y de personas enemigas. Y si eso puede considerase bueno desde el punto de vista de la defensa militar que los países deben estructurar y mantener para sobrevivir, por aquello nunca desmentido de que el hombre es el lobo del hombre, esas tecnologías también han generado un enorme sistema de comunicación entre millones y millones de televisores, computadoras, teléfonos celulares que sirven a una constante inteligencia que usufructúa el delito para posicionarse y crear grandes organizaciones delictivas que trabajan fundamentalmente en la trata de personas, en la producción y tráfico de drogas, en la pornografía con mayores y menores como medio de oferta sexual en un comercio que abarca todo el planeta, y en un sinfín de otras cosas delictuales que sería largo enumerar en éste corto espacio.-
Ante todo esto sería ridículo pensar que el delito tuviera la dimensión y modalidad de Juan Moreira o de Bonnie y Clyde.-
Hace años que, sin creerme una suerte de profeta, sino simplemente teniendo a la vista la mera información que trae observaciones, vengo sosteniendo que la imputabilidad debe bajarse al menos al nivel de los 14 años. Un solo dato, entre otros muchos que sería largo detallar aquí, basta para justificar esto: en hospitales de todo el mundo se ha observado niñas con menstruación y embarazo a los 8 años; los médicos atribuyen semejante fenómeno a la enorme estimulación que el mundo moderno y sus estructuras de todo tipo ejercen sobre los menores.-Creo haber publicado esto en el blog del IOPI (Instituto Para la Observación y Prevención de la Inseguridad),creado años atrás por iniciativa del Intendente Municipal de San Isidro o en artículos efectuados en otras publicaciones.(-Con respecto a ésta postura mía acerca de la conveniencia de bajar la edad de la imputabilidad, me anticipo a subrayar que la Convención  Sobre los Derechos del Niño dice textualmente que los Estados parte se comprometen a “El establecimiento de una edad mínima antes de la cual se presumirá que los niños no tienen capacidad para infringir las leyes penales”-art.40,apartado 3 a)-. Es decir, que la Convención no impone el límite de edad como sostienen algunos con mala dialéctica, sino que lo deja librado a la decisión de cada Estado-).-
Quien quiera encarar seriamente el tema de la inseguridad debe tener en cuenta, con mirada de estadista y no por necesidades electorales, que la misma responde a una pluralidad de causas, algunas de efectos inmediatos, como por ejemplo importantes grupos de seres humanos que viven en la pobreza, en la miseria, en la desarticulación familiar, con jóvenes y niños que no trabajan ni estudian y son víctimas y “mulas” en el tráfico de drogas y/o empleados como sicarios, y otras de efectos mediatos que se profundizan en el largo plazo, como las miradas displicentes hijas de ideologías supuestamente “progresistas” frente a la educación pública, a la unidad familiar, a la organización eficaz de fuerzas de seguridad que gocen de un mínimo respeto, a leyes penales y no penales y normas de todo tipo que se vertebren en el principio elemental, comprobado experimentalmente por siglos, según el cual una sociedad sin premios ni castigos se suicida.(-Existen muchas otras causalidades, pero no es el lugar para analizarlas en profundidad. Creo haber escrito algo sobre estas cosas en el blog del IOPI que mencionara antes-).-
Finalmente hay que tener muy en cuenta el tema del conocimiento humano. En un laboratorio, en un tiempo relativamente corto, se puede efectuar una comprobación experimental de una teoría, como por ejemplo la de Pavlov.
Pero en la vida de las sociedades humanas, una teoría necesita por regla, muchos años para tenerse por comprobada experimentalmente.-
El llamado pomposamente “conocimiento” humano es bastante endeble. Las teorías lo son tanto que, si la premisa es errónea, aunque el razonamiento lógico intermedio sea impecable, llevará inevitablemente a una conclusión equivocada. Dejo un mega ejemplo: la teoría geocéntrica del Universo. Pasaron siglos para que la mayoría de los hombres supuestamente sabios se convenciesen de que era una equivocación mayúscula y que la verdad estaba en el heliocentrismo.-
Si esto no se tiene en cuenta, si los supuestos sabios  de las cuestiones sociales no dejan de lado la vanidad y se bajan del caballo, ocurre que las teorías se dogmatizan. Y se tienen como verdad indiscutible a la que gobiernos y gobernados deben ajustar sus conductas, sea porque creen sinceramente en ellas, sea porque mantenerlas dogmáticamente sirve  para satisfacer intereses bastardos. Y así, al cabo de treinta, cincuenta o más años se topan con el desastre, comprobación experimental del error, que ha pagado cuotas importantes de sufrimiento, no tanto a los que gobiernan sino a los que son gobernados.-

Alberto Néstor Cafetzoglus