jueves, 31 de octubre de 2013

LO QUE TENEMOS POR DELANTE

Dr. Alberto Cafetzóglus
Se han llevado a cabo las elecciones donde se eligieron, en renovación  parcial de los respectivos organismos, legisladores a nivel nacional, provincial y municipal.-







Provoca alguna alegría que el 70% de los votantes del padrón nacional se haya manifestado contra el cristinismo y su proyecto estalinista de concentración permanente de poder, de enriquecimiento de amigos, y de mantener el empobrecimiento con fines clientelares de los menos afortunados. Pero, me pregunto, los que  votamos en contra de ese “vamos por todo”, ¿podemos darnos por satisfechos y quedarnos tranquilos? 
He escuchado discursos de distintos candidatos de la oposición, hoy ganadores y electos para los cargos que se postularon. Palabras de esperanza de restauración de la Republica y del derecho basado en la supremacía constitucional. Y en medio de todo eso se me cruzó un ramalazo de miedo   y una dosis de escepticismo. No son totales ni embargan mi espíritu, pero sí son como una nube que aparece y tapa parcialmente el sol, como diciéndome que es bueno tener esperanza y trabajar intentando un futuro mejor y libre de esperpentos, pero que también hay que ser muy realista y objetivo.-  
Para no perder de vista el realismo y la más cruda objetividad, ante todo creo que hay que tener muy presente lo que para mí es una grande y elemental   verdad que con filoso humor señaló el  humorista español Enrique Jardiel Poncela en su inolvidable libro titulado “La tourneé de Dios” y según la cual el egoísmo es una de las facultades del alma.(obra citada,pag.61,Biblioteca Nueva,2005).-
Si, los seres humanos en la generalidad de la norma somos egoístas. El egoísmo tiene que ver directa e inmediatamente con el instinto de conservación. Queremos sobrevivir, y lo queremos de la mejor manera, y como dijera Jean Rostand, ante la inevitabilidad de la muerte, se la enfrenta con una menor repugnancia cuando se ha confiado la continuidad de la vida de uno, a otros seres que  de alguna manera nos continuaran.-
También es cierto que como no podemos vivir en soledad porque somos seres sociales, el egoísmo está relativamente limitado y contenido en tanto imperen condiciones que preserven los objetivos del mismo, porque en tal caso, percibimos que la limitación es útil, porque sirve para excluir la anarquía, la disolución social y la violencia que siempre encaminan a pequeñas o grandes guerras interiores y/o a guerras internacionales, es decir, a desastres colectivos y por tanto individuales. En el último gran drama en el mundo, mueren los sirios y sus hijos y sus nietos, con lo que hasta la ilusión de dejar tras la muerte alguien que los suceda desaparece.-
La Historia de la humanidad es la gran e incontestable testigo de lo que acabo de decir.-
Cuando las condiciones de vida de  los hombres se hacen insatisfactorias, o en la subjetividad de uno o algunos las ambiciones las sobrepasan, las limitaciones al egoísmo van cobrando grados de debilidad y se hacen sumamente endebles o directamente desparecen y aquél surge en la superficie en su forma pura y más animal, como sucede en la erupción de un volcán. Por eso dijo con gran acierto José Ingenieros que la guerra no es otra cosa que la vida llevada al paroxismo.-
Vivir en sociedad pues, no es en absoluto tarea fácil, ni por causa de los gobernantes ni por causa de los gobernados.-
Y ello es así por la sencilla razón de que, en éste mundo, cada uno, que es en sí un egoísmo (con excepción de héroes y de mártires),está rodeado de millones de egoísmos.-
Para que se den y se preserven las condiciones que limiten razonablemente el egoísmo y sea posible la vida en sociedad, la Argentina, como otros muchos países, se ha dado un pacto político y moral que es la Constitución Nacional, a partir de la cual se genera (o debería generarse),todo el restante sistema de Derecho.
Esas condiciones están sintetizadas en el Preámbulo: unión nacional, justicia, paz interior, defensa común, bienestar general y libertad para todos los habitantes y para su posteridad.-
Toda la Constitución a través de su articulado organiza la Democracia, la Republica constituida por tres Poderes que deben ser pares entre sí, y la forma federal.-
Pero es necesario entender y comprender que la Constitución Nacional y todos sus consecuentes son un pensamiento, como se ha dicho, político y moral, que es menester mantener vivo con la adhesión activa de todos, o de los más posibles. Si ésta adhesión activa no se dá, permanentemente, aquella es letra muerta.-
Y esto es así porque el egoísmo de nosotros constituye una fuerza que cotidianamente determina que gobernantes y gobernados, con distintas medidas de gravedad, violen el sistema de Derecho que genera la Constitución. Y éste fenómeno también es una verdad que debe ser reconocida con el máximo realismo y la mayor objetividad.-
El hombre que mata con dolo o culpa a otro, está violando el sistema de Derecho y por ende el pacto político y moral que representa la Constitución.-
El gobernante que no cumple sus  deberes constitucionales y legales, por acción o por omisión, sea en forma abierta y descarada, o bien desarrollando una apariencia mañosa y fraudulenta de cumplimiento, está atentando también contra el pacto político y moral que representa la Constitución. Y, al igual que el hombre que mata con dolo o con culpa, si se dan además los elementos típicos de figuras penales, está cometiendo delitos. Y los que le prestan ayuda, sean gobernantes o no, son cómplices.-
Que el ser humano delinca es un fenómeno inevitable, porque la ambición desmedida de riqueza o de poder, entre otras muchas cosas contrarias al bienestar general, forman parte de la estructura del egoísmo.-Del inevitable egoísmo que irrumpe en la superficie porque las condiciones para la supervivencia tornan a ésta imposible o bastante dificil, o porque patologías de la psiquis convierten a aquel en un monstruo, en una Gorgona plagada su cabeza de innumerables serpientes de apetencias de todo tipo a satisfacer de cualquier manera.-
Debemos contar con ésta realidad. Todos. Gobernantes y gobernados. Y actuar en consecuencia. Porque lo que no nos podemos permitir es mirar al costado y banalizar la anomia y la impunidad aceptándola como algo natural e inevitable.-
Porque ese mirar para el costado y no dar mayor importancia a los incumplimientos de nuestros mandatarios en la función pública, es un mal generalizado entre nosotros. Mayormente creemos que emitido el voto nos podemos desentender de qué es lo que hacen los que hemos elegido, y eso nos hace cómplices tomando la palabra en sentido amplio.-
Hacerse de cultura política por parte del ciudadano de a pie, consiste en asumir una actitud vigilante respecto de los funcionarios, y, constatada la mera hipótesis de un incumplimiento de los deberes legales, atacarla con todos los medios que el sistema de Derecho pone a nuestra disposición.-
Pero resulta que para asumir esa necesaria actitud de ataque, lo primero y “condictio sine qua non”, consiste en no tener actitud de rebaño, ser hombres libres, pensantes y conscientes que si bien ésas aptitudes potencialmente son dones de Dios, hay que asumirlas y trabajarlas  permanentemente. La primera vigilancia pues, es de cada uno de nosotros y respecto de nosotros mismos.-
Así será necesario tener en cuenta día a día y minuto a minuto la máxima que nos indica que es necesario prosternarse ante la ley para no tener que hacerlo ante la voluntad de los tiranos.-
Es necesario distinguir entre el dirigente que se coloca delante  de la multitud para servir y el conductor demagogo que huele las debilidades y pasiones de los integrantes de aquella y las explota a fin de obtener el máximo poder de ser seguido ciegamente. A éste último no le interesa servir sino ser servido. Y los que le siguen no son sus iguales sino sus inferiores a los que no conduce sino a los que manda y ordena, miente y defrauda.-
En alguna estructura de monarquía electiva existía la formula ritual de los barones que expresaban a quien elegían para que los dirigiese: ”Nos, que somos  iguales a Vos, y que juntos somos más que Vos, te elegimos Rey”.-
Esta es la forma democrática  básica que los ciudadanos debemos actuar por derecho, y desechar con repugnancia toda otra que rompa, abierta o encubiertamente el principio de igualdad.-
Importantes estudiosos creen que psicológicamente, quizás en lo más profundo del inconsciente, el hombre prefiere al jefe absoluto que lo manda y seguirlo ciegamente, a la incomodidad y a la responsabilidad de pensar y decidir en el ejercicio de la condición de ser libre.-
Es así que aparecen los que organizan el ejercicio del poder creyendo que el Gobierno es de ellos y no de los ciudadanos electores; que no deben dialogar con los otros, a los que desprecian e ignoran; que los que no los votaron y los que no obedecen ciegamente sus órdenes son enemigos y traidores; tales “gobernantes” dividen permanentemente a la sociedad porque siempre hay que atacar a alguien.-
La Argentina viene de haber vivido desde la independencia a la fecha muchas de estas calamidades, especialmente en los últimos años. Enumerarlas puntual y cronológicamente sería una larga tarea, que demandaría mucho tiempo y trabajo. Por lo demás la población de la Argentina las ha conocido y conoce en el día a día.-
Basta una enumeración sintética de las principales, teniendo como guía los valores esencialísimos contenidos en el Preámbulo de la Constitución Nacional.-
Unión nacional. Se ha apuntado sistemáticamente a la división. A los que pensaban y piensan distinto que el Gobierno se nos ha considerado enemigos.
Justicia. Se ha apuntado a dominarla y, logrando una parcialidad adicta dentro de ella, se la ha utilizado, con diversa suerte, como instrumento de persecución y de venganza. Hubo apropiación de los derechos humanos para reescribir torcida y falsamente la guerra civil vivida en la década del setenta; y venganza mediante una interpretación sesgada e ilegal del Estatuto de Roma. Los beneficios del artículo 10 del Código Penal según ley 26472, por lo general no fueron concedidos a quienes combatieron desde las Fuerzas Armadas y de Seguridad. Con doctrina judicial de mala dialéctica de hecho se derogaron los principios elementales del Derecho Penal de la ley anterior al hecho del proceso, y de la prohibición de aplicarla retroactivamente. Igualmente se hizo a un lado el principio de legalidad. (artículos 18 y 19 de la Constitución Nacional).-
Un “garantismo” encubridor de una intención abolicionista, envenenó las leyes penales sustantivas y adjetivas en beneficio de los autores de los delitos y en perjuicio de las víctimas. El grotesco “Vatayon Militante” fue el espectáculo más vergonzoso generado por aquél “ismo”.-
Paz interior. Las fuerzas de seguridad fueron purgadas en uso de ideologías enemigas convertidas en ideologismos. De esa forma se les restó toda eficiencia. Y para minimizar el explosivo aumento de la criminalidad se nos dijo sistemáticamente que la inseguridad era una mera “sensación”. Esta “teoría” de la “sensación” fue sostenida  a cara descubierta por los funcionarios, hasta hace muy poco tiempo, en que algunos, para que no se les cayese la cara, terminaron reconociendo que la tal sensación en realidad era inexistente, y que la inseguridad era una tremenda realidad.-
Defensa común. Las Fuerzas Armadas fueron y son objeto de descalificación mediante un ideologismo silenciosamente repleto de odio. Virtualmente se hallan desarmadas, con buques que se hunden en puerto, aviones que no vuelan, municiones que no existen, o si existen lo son en cantidades mínimas. Se nos ha pretendido convencer con el disparate de  que no existen hipótesis de conflicto pese a que estamos rodeados de países con Fuerzas Armadas sumamente poderosas y que, en el Atlántico Sur, a pocos kilómetros de nuestras costas, se halla instalada la poderosísima fortaleza de Malvinas que preserva un máximo sentimiento hostil con muy potentes y modernísimas armas. Además, ésta fortaleza representa  en nuestras narices la muy antigua y tradicional mirada codiciosa de Gran Bretaña sobre nuestros elementos y materiales estratégicos y nuestra posesión de territorios antárticos.
Agravando la situación, en una actitud esquizofrénica, en el plano internacional nos aislamos de Occidente, firmamos un inconcebible pacto con el país de la más peligrosa teocracia musulmana, y nos aliamos con la Venezuela donde habita el espectro del “pajarito chiquitico”, y con la Cuba que adiestró y exportó el terrorismo guerrillero que nos sumió en una guerra civil.-
Bienestar general. Cada vez hay más pobres, menos educación, mas exclusión social y una inflación imparable que ha llevado el costo del kilo de pan (¡del pan, nada menos!) a 20 pesos. La economía se rige por caprichos prepotentes que hacen desaparecer fuentes de trabajo y reducen las exportaciones, en tanto la riqueza se concentra en pocas manos amigas de quienes gobiernan. Existe un costosísimo déficit energético y las inversiones de capital huyen como de la peste. Para ello el Congreso ha delegado en el Ejecutivo el manejo de la economía mediante decretos de necesidad y urgencia en situaciones en que éstas no existían y forzando groseramente las hipótesis constitucionales; de esa forma nuestras economías individuales han quedado en manos de facultades extraordinarias y aquél otorgante se ha subsumido en el artículo 29 de la Constitución Nacional.-
Beneficios de la libertad. Se ha confundido libertad con libertinaje. Libertinaje que permite alegremente cortes de calles y rutas que generan colosales embotellamientos, atentados sacrílegos a los templos. Se ha instalado el narcotráfico a gran escala. Las fronteras, especialmente la Norte es una criba por la que penetran desde el extranjero las avionetas descargando desde el aire la droga hasta en la parte Norte de la Provincia de Buenos Aires. No existen radares adecuados y eficaces, ni ley de derribo, ni aviones más o menos viables que taponen la criba. En tanto se ha sacado  a la Gendarmería de sus funciones específicas en esas fronteras para colocarla teatralmente en los centros muy poblados como para hacer creer que así se aumenta la seguridad; sustitutivamente se ha enviado mínimas cantidades de tropas del Ejército a cumplir tareas que por ley les están prohibidas. En tanto la ciudadanía está presa, en sus casas o en la calle, del miedo que genera la inseguridad. No es el pueblo argentino y los demás habitantes los que tienen los beneficios de la libertad. No. Esos beneficios están reservados a los delincuentes, especialmente a los narcotraficantes, a los tratantes de mujeres y niños y a los traficantes de armas.-
Las palabras de esperanza que he escuchado de los candidatos que han resultado victoriosos en las elecciones, para que hagan que aquella se concrete en realidades, requieren, ante todo una actitud activa y vigilante de los electores, permanentemente requirente; y  en forma simultanea que las cuestiones brevemente sintetizadas y por todos conocidas, se traten y se resuelvan sin “ismos”, mediante acuerdos donde se priorice el análisis honesto de la realidad con una ética de servicio al prójimo, queriendo siempre que no sea “para mal de ninguno, sino para bien de todos”.-
Si no es así, creo sinceramente que una vez más, la esperanza concluirá en frustración y en desesperanza.-
Que Dios nos ayude.-

Alberto Néstor Cafetzoglus